Igual això se’n diu “Arqueopolítica”, però just després de les eleccions catalanes del 27S, de les que des d’aquesta societat no fem cap analisi–ja el fa tothom–podem recollir alguns texts que tenen quasi 100 anys, com el publicat a Diari de Tarragona el 17 de desembre de 1918 sobre una conferència d’Antoni Rovira i Virgili. Ve de lluny.
PRO AUTONOMÍA
Conferencia de D. Antonio Rovira y Virgili
Con numerosa asistencia celebróse en la mañana del próximo pasado domingo la anunciada conferencia del Sr. Rovira y Virgili acerca del tema “La Europa actual y Cataluña”.
Ocuparon la presidencia los Sres. Lloret, Oliva, Mallol, B. Martí, Floresví y Ribas.
Hizo la presentación el Sr. Lloret, quien ensalzó las dotes del disertante, haciendo resaltar que desde el principio de la guerra dedicó el Sr. Rovira y Virgili sus esfuerzos a favor de la causa de los aliados.
Empieza nuestro paisano Sr. Rovira y Virgili saludando a los presentes como compañeros y amigos suyos y agradeciendo a la comisión organizadora la ocasión que habíale dado para comunicarse con nosotros, ya que desde hacía diez años no lo había efectuado. Añade que la Tarragona de hoy no es la ciudad dormida y antigua, como sus hermosas ruinas, antes al contrario, ha reaccionado, recobrando vida, no a expensas del Poder central, sino por el esfuerzo de algunos de sus hijos.
Afirma que ha sido un mal para Tarragona ser capital de provincia, ya que el Poder central no hace más que instalar unas cuantas oficinas, ruinosas como el mismo poder y el régimen, y éstas no hacen progresar las poblaciones. Cita el caso de Reus, que sin apoyo oficial alguno ocupa un lugar en la industria y comercio de Cataluña, conquistando sola y únicamente por el esfuerzo de sus habitantes, conocedores de su personalidad.
Hechas las anteriores consideraciones, entra el Sr. Rovira y Virgili en el tema de su conferencia, demostrando que el triunfo de la libertad y de la justicia ha fallado en el mundo el pleito de las nacionalidades, proclamándose, por tanto, los problemas nacionalistas, ya por la autonomía, ya por la independencia, debiendo hacer constar que son más las que lo han conseguido por la independencia que por la autonomía. La Europa nueva, dice, es la Europa de las nacionalidades. Y no se diga, prosigue, que no estamos oprimidos,
ya que disfrutamos de las mismas libertades que otras regiones de España, pues un pueblo que siéntese capaz de regir sus destinos y no puede hacerlo, está oprimido.
Extiéndese en consideraciones encaminadas a examinar el nacionalismo catalán y la razón de su existencia, terminando por considerar suficiente que un pueblo consciente pida su libertad para obtenerla, aunque ello no se fundara en bases tan sólidas como las de Cataluña.
El gran mal de España es, a su entender, el no estar enterada de lo que pasa en el mundo, pues mientras Londres ayudaba a Irlanda para la restauración de su idioma, España no ha dejado pasar la ocasión para quitar personalidad al nuestro, que no será olvidado jamás, como ha sucedido con el irlandés. (Aplausos).
Atraviesan el mundo vendabales de libertad -continúa- y España se halla dormida. Es su opinión que si España no sigue la corriente de Europa, puede ésta venir y llevársela como viejo caserón. Sería una vergüenza que mientras nos alegramos por el triunfo de las diversas nacionalidades, no pudiéramos conseguir la nuestra. Atribuye el espíritu autonómico a la lucha entre el espíritu de Europa y el indígena. Europa ha fallado plenamente a favor de las nacionalidades; tan sólo el espíritu indígena se opone a ello. Dice que los parlamentarios, al marcharse, exclamaron: “Adeu, Monarquia”, pero que de no tener satisfacción las aspiraciones catalanas, pudiera muy bien convertirse este grito en el de “Adeu, Espanya”. (Aplausos).
Hay que olvidar los medios de antes de la guerra, por haberlos convertido ésta en viejos, en virtud de grandes transformaciones que ha operado. Para la unidad de España ante Europa es preciso la división interior.
Referente a las amenazas de aislamiento de Cataluña, no hay que hacer caso de ellas, pues las estadísticas nos demuestran que nuestra región importa mucho más que exporta al resto de España, y que si se quejan los centralistas de que se les hacen pagar los paños caros, ellos, en cambio, nos hacen comer caro el pan, que es un alimento principal. La riqueza de Cataluña no es debida a las tarifas ni a los aranceles, como equivocadamente se dice, sino al esfuerzo de los catalanes (Aplausos). Estas amenazas -dice- no evitarán el paso de lo que es inevitable, o sea, la independencia orgánica y la libertad económica.
Puedo terminar exclamando, como hacía aquí en otro tiempo: “Salud a la Autonomía, salud a la República federal, salud a la gloriosa Cataluña”.
Grandes y prolongados aplausos coronan el final de la conferencia, los cuales obligan al orador a dirigir nuevamente la palabra a los asistentes, agradeciéndolos.
Al dar por terminado el acto, el Sr. Lloret invitó a la manifestación y al mitin que por la noche debían celebrarse.
Tanto durante la celebración como al terminar, el orden fue completo.
DIARIO DE TARRAGONA 17.12.1918
(recollit per JGT)